sábado, 1 de agosto de 2009

Díes írae.


Vaga rutina, cambian las caras,
cambian las cuerdas, y el mundo es hoy.
Horas tardías, tanta poesía,
tanta acrimonia en mi voz.
Culpas frias entrelazadas
masticándose alrededor.
Pasantías de alegría
que alquilamos, matandonos.

Aquellas fieras soplando rabia,
vienen solitas y quieren latear.
Buscan el suelo y la infamia,
pero en las llamas van a bailar. (van a bailar)

Como en la inmensa, inmensa apatía
para este juego de cartas blancas,
una violenta nubosa fría
castiga tu aliento, tu amor.
Nuestras neuronas congeladas,
malabareandose en su olor.
Melodías de armonía
que inventamos, matandonos.

Aquellas fieras soplando rabia,
vienen solitas y quieren latear.
Buscan el suelo y la infamia,
pero en las llamas van a bailar. (van a bailar)

Aquellas fieras y la malaria,
que se empalman para variar.
Siempre acechando plegarias.
¿Para qué? ¿para qué más?